EDUCACIÓN A DISTANCIA EN TIEMPOS DE COVID-19
- KashVenuz
- 24 abr 2020
- 5 Min. de lectura
Desde el inicio del 2020, el mundo se ha visto afectado por diversas causas,
la mayoría teniendo su origen en el hombre; ya sea la respuesta de la naturaleza –consecuencia- a las acciones de la raza humana, cada una de ellas partiendo de la inconsciencia; desde grandes incendios hasta problemas entre naciones, manifestaciones de movimientos y colectivos, llamadas a paros nacionales, crisis financieras y más. Cada uno de estos acontecimientos fue un grito a la humanidad, una llamada más a las conductas que atañen nuestra convivencia, pero ya sea por conformismo o comodidad, el día a día seguía su curso.
En contexto nacional, México siempre ha sido un dilema para sus habitantes, pues diversos campos que mantienen al país en constante desarrollo se han visto afectados a lo largo de los años, como educación, salud y economía –por mencionar algunos- sin embargo al día de hoy, las consecuencias de sistemas deplorables (herencia de administraciones pasadas) se aprecian como nunca antes. Todo debido a la epidemia que aqueja al mundo entero: Covid-19.

Fue en diciembre del 2019 cuando en Estados Unidos se dieron los primeros casos, en enero del presente, México ya estaba tomando cartas en el asunto ante la nueva amenaza contra la salud, con la esperanza de que solo fuera un virus que afectara a ciertos sectores las medidas preventivas no entraron en rigor hasta el mes de marzo; quién diría que en los primeros cuatro meses del tan esperado 2020, el planeta se sumergiría en encierro total: cuarentena. Las consecuencias de dicho encierro ya son conocidas por todos, personas de todos los niveles socioeconómicos están viviendo los efectos provocados por las campañas de #Quédateencasa y #SuSanaDistancia; cada uno con distinto rigor, sin embargo existe un sector de la población que sin importar el NSE, se ve de igual forma afectado: El educativo.
Los programas implantados por el gobierno son un salvoconducto al ciclo escolar que no tuvo oportunidad de llegar a su cuarto bimestre, las medidas que particularmente toman las escuelas son formas para cumplir con los requerimientos que pide la SEP: papeleos, trámites, planeaciones, rúbricas; sin fin de documentos que sólo hace más pesada la labor docente, obstaculizando el verdadero objetivo de la educación: instruir y acrecentar el interés por aprender.
Como tal, el presente texto no pretende ser una denuncia, sino una vista desde otro ángulo para tener una visión más completa del panorama en cuanto al sistema educativo actual. El llamado “homeschooling” entra en México para formar parte de las alternativas y continuar con el ciclo escolar 2019-2020. Aunque existen muchos parámetros dentro de esta nueva dinámica de estudios (nueva para este país) Si bien, la educación a distancia ya era una alternativa en los planes de estudio en distintas escuelas para los niveles medio superior y superior, pero nunca para los básicos. ¿Qué está sucediendo con los estudiantes de México, con los profesores? ¿Realmente esta modalidad está funcionando?
Se realizaron dos encuestas, una dirigida a estudiantes de Maestría y Licenciatura; otra a profesores de nivel básico y nivel superior; los resultados: no tan alentadores.
En México no se hizo una completa planeación ante lo que se sabía podía suceder; los estudiantes de todos los niveles educativos se ven obligados a continuar con sus clases mediante el uso de las TIC’S, a través de plataformas de streaming o más arcaicos limitándose al uso del correo electrónico, pero lo que realmente afecta la manera de aprender no es tanto el medio, si no la enseñanza en sí. En la encuesta todos los estudiantes revelaron que no se sienten a gusto con sus clases en línea, por diversos factores desde la deficiente señal de internet, hasta la mala planeación por parte de sus profesores.
“No se puede comparar una clase virtual a una presencial, en la clase normal, tienes al profesor en frente, concentrado en su materia y dispuesto a resolver dudas; ahora sólo se limitan a mandar trabajos, eso no es una clase”A su vez, la mayoría de los estudiantes declaró que la institución a la que pertenecen, así como los docentes no se preocuparon en ningún momento si contaban o no con las herramientas esenciales para continuar con las clases.
“De cuatro profesores, solo uno se preocupó por saber si teníamos dificultad o facilidad para la asistencia a clases, él se comportó bastante flexible ante la situación. También se preocupa por nuestro bienestar anímico, dándonos tips para relajarnos y ahuyentar la ansiedad”
Pero no todo queda en los docentes, la educación es cosa de dos partes, el que instruye y el que recibe la instrucción; así como mencionó una estudiante “de cuatro profesores, solo uno se preocupó…” hay maestros que son la excepción.
“Desde el primer momento en que salió el comunicado que se suspenderían clases, hablé con mis alumnos para coordinarnos y no perder lo aprendido, quizá en este período de confinamiento no aprenderían cosas nuevas, pero sí reforzarían y mejorarían otras”. Hubo maestros que sí se preocuparon porque sus alumnos contarán con las herramientas para continuar con las clases, que piden sugerencias de los mismos, que están conscientes de lo delicada que es la situación de salud y que no muchos chicos cuentan con la disponibilidad completa para atender sus materias en un 100%. Dentro de los encuestados hay profesores que buscan nuevas formas, métodos para hacer sus clases más didácticas y no caer en la monotonía de una reunión virtual.
“He buscado otros métodos para que los chicos aprendan y no apegarnos tanto al libro del programa, puede resultar aburrido, si no que experimentamos con las herramientas que tenemos, trato de encontrar actividades, les mando páginas, vídeos, ejemplos de los temas y ejercicios, notas de revistas, les dejo ver películas, busco que hagan una reflexión y analicen un tema, no solo que lean y resuman lo leído.”Pero está la otra parte del sistema educativo: la burocracia. La falta de organización y la excesiva carga de documentos hacen que el profesor se vea inmerso en una situación que lejos de agilizar el aprendizaje en sus alumnos, lo entorpece. Les piden a los profesores den clases en línea, pero no los capacitan para ello ni se preocupan si en verdad cuentan con los materiales necesarios, les piden evidencias de trabajo, por ello cargan a los alumnos de tareas, les piden estrategias de enseñanza y diagramas de los mismos, esto los deja sin tiempo suficiente para planear la clase que dar en tiempo real. El sistema educativo de México siempre ha dejado mucho qué desear, el sistema actual de clases en línea evidencia la problemática, pero también tiene su lado positivo, ayuda a maestros y alumnos a ser cooperativos, empáticos, pacientes y creativos.
Una cosa es segura, este ciclo escolar no tendrá precedentes, también hay muchas dudas en cuanto al aprovechamiento de las clases. Dentro de la encuesta tanto maestros como alumnos concuerdan en el hecho que la experiencia educativa es mejor en el aula, declararon que lo ideal sería regresar a las escuelas donde se cuenta con el material y contexto idóneo para trabajar; por razones evidentes esto no será posible en un corto plazo, sin embargo, el panorama se muestra positivo y si seguimos siendo rigurosos con las campañas establecidas por el gobierno, se podrá regresar a la “normalidad” en el sector educativo, esperando claro que la experiencia de “educación a distancia” y “homeschooling” dé como resultado algo más que un recuerdo de malas prácticas, que concientice tanto a la Secretaría de Educación como a coordinadores, supervisores, directivos, docentes, estudiantes y padres de familia, y así mejoren hábitos de enseñanza como de aprendizaje.


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